viernes, 19 de agosto de 2011

MAMIÑA




A  las lejanas tierras de Mamiña
débil y casi sin vista llegó la niña
contemplando tan hermoso paisaje
su padre el jefe, detuvo ahí el viaje.


Era atendida en forma cariñosa
Y sumergida en agua milagrosa
frutas, flores y mucho cuidado
de quienes estaban a su lado.


Fue acaso su natural inocencia
o talvez ¿la divina providencia?
lo cierto es  que allí, en Mamiña
recuperó la vista la hermosa niña.


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